sábado, 22 de septiembre de 2007

La triste realidad

Lo peor que me ha pasado en la vida.He visto por primera la imagen de la desesperación,el caos y el terror en su máximo apogeo.La primera vez que he sentido que no somos nadie,y que he vivido en mis carnes lo que sienten las personas que viven en Nueva Orleans y en el Caribe.A muchos les parecerá que exagero,pero cuando han muerto personas en la misma localidad y por las mismas causas,aprecias más la vida de lo que la aprecias normalmente...



Hablo de las inundaciones que ocurrieron ayer y que hoy han causado también estragos.Os contaré la experiencia que no deseo que ocurra jamás a nadie:



Salí del instituto.Hasta entonces sólo habían caído algunas gotas alrededor de la hora del recreo,pero no tenía ni la más mínima idea de lo que vendría.Mi madre,gracias a Dios,me esperó a la puerta del instituto.Salimos corriendo al coche.Empezaba a llover,pero esta vez con más ímpetu que las anteriores,tanto que no había caído unas lluvias así desde 1940.Ya habían pasado las lluvias por Otívar,un pueblo cercano a Almuñécar,donde el Río Verde había tirado hasta las casas de algunas personas.Entre gritos,súplicas y llantos,salimos del pueblo.Una nube gigantesca y negra se abalanzaba sobre el pueblo,con un aspecto increíblemente amenazador.No se veía nada.El Río Verde ,que normalmente no lleva agua,estuvo ese día lleno de lado a lado.Sólo nos guiábamos en el camino por las luces del coche de en frente.Al subir la cuesta de mi casa,un río de agua y fango nos hacía que subiéramos a contracorriente y que se cayeran rocas en el coche.Milagrosamente,llegamos a casa.Subimos las escaleras de casa con un temor grandioso de que nos cayera uno de los rayos que estaban tronando y amenazando .No había luz,agua ni teléfono.El agua caía a mantas con una fuerza que sólo recordaban algunos anciandos del pueblo.Mi padre estaba aún trabajando.Ni siquiera se pudo ir a mi casa de la fuerza que tenía la lluvia,y se fue a casa de mi abuelo.Pasó el tiempo lentamente,sumando al agua que caía del cielo las lágrimas que no podíamos aguantar nada más de pensarlo.Los truenos caían a la tierra tirando árboles.Los barrancos arrastraban todo cuanto veían a su paso.El alcantarillado no podía dar abasto,y expulsaba aguas fuera de sí.No se podía ver ni siquiera los almendros que había dentro de mi casa.La lluvia entraba por las chimeneas,mojando algonos enseres.El viento llevaba las gotas de lluvia en horizontal.Temimos lo peor.Fue la hora más terrorífica y angustiosa de toda mi vida.Jamás había estado tanto tiempo lloviendo.Con los pensamientos tan espesos que tuve,pensé en todas las personas que sufren catástrofes así,y eso me reconfortó un poco.Mi hermano había soñado la noche anterior con un huracán,y en cierto modo fue así.Pero,al final,no fue el Apocalipsis.La tormenta fue dejando poco a poco,paso a la calma,lo cual no quiere decir que todo hubiera vuelto a la normalidad.Cuando volvió el teléfono a casa,llamó un amigo de mi hermano diciendo que se había inundado la Carrera de la Concepción,donde mi padre tenía aparcado su coche nuevo.Por un momento,pensamos que la fuerza de las aguas se lo había tragado,y tampoco teníamos noticias de mi padre.Tras esos momentos de nervios,supimos que el coche estaba bien,salvo por los golpes que recibió de coches de algunas personas.Mi padre estaba perfectamente.Y pasó la tormenta.Pero ésta se dejó notar muy bien:Los dos ríos se desbordaron de tantas piedras que habían dejado en la desembocadura,y tanto Verde como Seco se fusionaron en una inundación que parecía el Diluvio Universal.Juntándose ambos ríos,inundaron cocheras ,locales comerciales y casas.El gran hueco que hay junto al acueducto se inundó completamente,y los coches flotaban sobre él.Los puentes de los ríos se derrumbaron.Los atascos llegaron hasta Motril.Hubo un montón de árboles caídos por los truenos en medio del pueblo y,según las noticias,hay um muerto y un desaparecido,y aún hoy están los atascos y los derrumbamientos de piedras.Las playas han sido comidas por la lluvia,y el mar está repleto de ramas de árboles.Seguramente se habrá perdido toda cosecha de cultivos subtropicales,y los daños serán grandísimos y tardará el pueblo en recuperarse.

En fin,esta es la cruda realidad.Desde aquí,doy ánimos a todos los damnificados por los daños.A todos los que esperáis en atascos,paciencia;a todos los que habéis sufrido la pérdida de enseres o grandes pérdidas económicas,toda la fuerza del mundo;a los que habéis tenido otra pérdida aún mayor,mi pésame;y,por último,a los que estáis leyedo esto y os estáis dando cuenta de ésta catástrofe,pensadlo dos veces antes de sentiros indiferentes con los damnificados de ésta catástrofe.

No dejéis de leer mi blog.

Alberto Fr Gómez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya habia visto las noticias, fotos y videos en todos los telediarios, pero ninguno ha reflejado con tanta claridad lo sucedido en vuestro pueblo, realmente pone los pelos de punta, y es que como tu dices, que no sabemos lo que tenemos, no somos nadie. Desde San San Fernando, me uno a dar ánimos a todas esas personas que han perdido tanto.Un Saludo de tu prima, sigue asi. Besos

Un espacio para la imaginación.